Esta ciudad me sorprendió por su belleza barroca. Sabía de su esplendor porque al planificar el viaje me informe sobre ella. Fue la auténtica sorpresa de este viaje. Recomiendo a cualquiera que vaya a Alemania, que sopese la visita a esta elegante y bien cuidada ciudad.
Dresde era la capital de Sajonia (http://es.wikipedia.org/wiki/Dresde), está situada a orillas del rio Elba. Recibe el nombre de la Florencia del norte. Durante la segunda guerra mundial casi el 75% de la ciudad fue destruido mediante bombardeos. Especial y triste es ver las fotos del antes y después de esas bombas. Los renacidos edificios se han construido tal y como eran antes de la guerra. Dresde es Patrimonio mundial de la humanidad.
Muchos fondos han sido destinados a su reconstrucción.
El hotel fue el mejor de todo el viaje, era de la cadena Pullman (http://www.accorhotels.com/es/hotel-1577-pullman-dresden-newa/index.shtml).
Tanto las instalaciones como el desayuno eran superiores a la media.
Parecido al hotel de Praga en calidad.
El Alemania pensaba que con el idioma inglés sería suficiente para conectar. Pues en Berlín, si era normal que supieran inglés, pero según te ibas alejando de la capital, eso se hacía notar con un menor conocimiento de este idioma.
El viaje fue en tren desde Berlín, ida y vuelta. Unas dos horas. La estación es de 1892. Tiene una nueva cubierta de membrana de goma blanca que filtra y refleja la luz solar, esta remodelación se debe a Norman Foster.
El hotel estaba muy cerca de la estación de tren, por lo que se podía ir andando con la maleta. Por los alrededores todo eran calles peatonales y muy comerciales.
Alrededor del hotel compre mucha ropa muy tirada de precio.
Desde el hotel se llega muy fácilmente andando a la zona monumental. Aquí es monumental en mayúsculas.
Todo el recorrido es peatonal y cuando llegas al rio Elba, tienes excursiones en barco de vapor todo con un aire muy clásico.
En Dresde alquilé un coche porque fui a un concierto en las afueras.
A lo lejos, siempre a orillas del Elba, destaca el Schloss Albrechtsberg. Es un edificio neoclasico construido en 1850.
En uno de los recorridos me perdí y entré en una zona de casas-palacetes, preciosas.
En una de ellas, la más bonita, estaban celebrando una boda. Me bajé a hacer fotos. Todo era tan bucólico. Fue un regalo más de esta preciosa ciudad.
Es una ciudad para conocer a pie.
Son tantos los detalles que no esperas encontrarte.
Como este músico tocando el laúd.
Tan original, tan bien preparado para la ocasión. Me paré a mirarle largo rato. Todo era tan bonito y sentido.
Entre lo más conocido que tiene Dresde está el Zwinger.
Es una fortaleza de estilo barroco.
Es una obra maestra, sin duda. En el interior tiene unos jardines adornados con fuentes y todo tipo de estatuas. A su alrededor hay unos jardines con laguitos de un amoroso y tierno.
Paseando debajo de la lluvia con el paraguas, era muy romántico.
Esos días lluviosos tan…
Dentro del Zwinger se encuentran un par de museos. Entre al de pintura y descubrí dentro de este museo un cuadro de Rafael con unos angelitos que siempre pensé que estaban en la capilla Sixtina de Roma, pero no. Estaban aquí. Están al pie de una virgen. Se llama la virgen Sixtina. Es el museo Alte Meister. Es una de las galerías de pintura clásica más importantes del mundo. Tuve la suerte de estar allí.
El paseo a lo largo de la orilla del Elba, es como un museo de palacios y palacetes. A cual mas llamativo. Hay parques, bancos para descansar y multitud de fuentes.
Entre los muchos edificios llamativos que tiene, está una antigua fábrica de tabaco de estilo morisco-bizantino.
Estaba muy cerquita del la oficina de Avis, donde alquile el coche que os comenté.
En unas de las orillas del Elba se encuentra el bonito Japanisches Palais. Un gran palacio de origen barroco, que curiosamente, se comenzo llamando «Holandés» y luego mas tarde «Japonés» por la forma cóncava de su tejado.
Dresde es un paraíso todo enterito, lo tiene todo para perderse en él. Es un paraíso perdido que tuve la suerte de encontrar en mi camino. Volveré, sin duda.
Me ha servido de gran ayuda
Hola Dori, me alegro mucho de q te haya servido. Realmente Dresde es un paraíso q nadie se deberia perder. Fue todo un descubrimiento para mi. Un abrazo.
Angel