En Santillana del mar (  http://www.santillanadelmar.com/) encuentras una villa medieval de empedradas calles que está calificada como conjunto histórico artístico y es uno de los centros culturales y turísticos más conocidos de Cantabria.

Colegiata

Para mí, lo más impresionante de este lugar es su Colegiata.

Claustro Colegiata

Todo el entorno de la plaza, sus callejuelas empedradas hasta llegar a ella. Esas calles, están demasiado comercializadas pero lo entiendo. No obstante, guardan el sabor medieval por el que fui nuevamente a visitarla.

Calle empedrada y casa con blasón.

Lo mejor en estos casos, es aparcar el coche y descubrir, disfrutando, lo que nos ofrece la población y sus gentes.

Calle empedradísima!

Tienen unos amplios parking con un precio de 2 euros y es mejor dejarlos en estos.

Alrededor de casi cualquier sitio, tienes sitios para comer y comprar recuerdos. Es muy típico merendar dulces tradicionales (sobaos, quesada…) con leche. Yo me resistí todo lo que pude… y no caí, jaja…

La colegiata de Santa Juliana, es visitable por dentro y dejan tomar fotos. Su claustro es impresionante, así como su portada. En todo Santillana, tienes tanto donde mirar que mi cámara echaba humo.

En torno a la Colegiata se desarrolló la villa.

Colegiata.

Hacia los siglos VIII y IX se fundó el primer monasterio que acogió las reliquias de Santa Juliana, de donde deriva el nombre de Santillana.

Retablo de la colegiata

Alrededor del siglo XII el monasterio se convirtió en Colegiata.

Claustro de la colegiata.

La mayor parte es Románica, con añadidos renacentistas y barrocos.

Ayuntamiento

En el resto de la villa destacan edificios como la torre de Don Borja, la torre del Merino o Torre de los Velarde, todos del siglo XV.

También existen otras construcciones como la casa Palacio de Peredo-Barreda o la de los Bustamante.

Parador

Plaza del Ayuntamiento.

Tiene cantidad de casas con blasones en sus fachadas.

Curiosa fuente con cántaro.

Cada escudo posee su leyenda, que cuenta la historia en letra minúscula. Los lugareños que hacían fortuna o realizaban hazañas, al volver a Santillana, mostraban orgullosos sus escudos y lo que habían conseguido.

Los hidalgos mantuvieron un estrecho contacto con el pueblo, que, posteriormente, se erigio en el mejor defensor del importantísimo legado patrimonial de la villa.

Es por esto que todos lo podemos disfrutar actualmente.

Escudo de los Hombrones. (lamentablemente debajo hay un pequeño centro comercial)

Me encanta! 😮

Pero el atractivo de este pueblo se amplía con el resto de edificaciones más humildes, todas de la época y bien conservadas.

Todas ellas conforman un entramado urbanístico tradicional que te transporta a esa época medieval, a otro de esos paraísos medievales que tanto me gustan.