Hace muchos años (más de 24) que estuve en Lugo (http://www.lugo.es/). En ese momento me pareció gris y con poco que mostrar. En este viaje tenía que darle una nueva oportunidad.
Para ello, busqué un hotelito lo más agradable posible. Encontré el Hotel Monumento (http://www.pazodeorban.es/) .
Esta dentro de las murallas romanas que guardan el centro histórico.
Es un pazo recuperado en el 2008. Todo en él está lleno de detalles y de historia.
Su personal de Recepcion fue muy amable conmigo.
Tuvimos una discrepancia con el parking (es exterior, está cerca pero fuera de las murallas y el hotel) y la resolvieron a mi favor.
Fue todo un detalle. La habitación tiene una cama amplísima de 2.15m, un televisor de 38” colgado en la pared y un baño inmenso con todo lujo de detalles.
Sara y yo nos dimos un baño tranquilo antes de irnos, lleno de espuma como le gusta a ella (y a quien no??? Jaja)
Di un paseo por las murallas, por la parte de tapeo.
Cenamos un pulpo a la gallega, delicioso. Lugo tiene fama en Galicia como centro del buen y copioso comer. La generosa ración que nos dieron, da fe de ello.
Para bajar la cenita, vimos la Catedral y comenzamos a situarnos dentro de la ciudad para el paseo y visita del día siguiente.
Ya empecé a darme cuenta que la impresión sobre Lugo iba a cambiar totalmente. A mejor.
Dimos un paseo mucho más amplio por las murallas romanas. Declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Paseamos por sus calles y vimos una fuente de tres caños en la plaza del Campo.
Justo alrededor de esa plaza se encuentran las zonas de tapeo de Lugo, más frecuentadas.
La visita a la catedral es imprescindible.
Se llama de Santa Maria.
Fue construida en 1759.
Una amplia plaza hace de atrio ante su monumental fachada neoclásica.
Al lado de la catedral se encuentra la plaza mayor donde está el ayuntamiento y un parque que da un poco de aire a tanto edificio.
Cerca se encuentra el museo Casa dos Mosaicos. Permite contemplar los cimientos de una vivienda romana y sus célebres mosaicos. Es muy pequeña y a mí no me mereció la pena.
Fuera de las murallas se encuentran unas termas romanas donde se emplaza un hotel tipo balneario.
Le compré a mi hija Sara una libreta para que escribiera todo lo que hacíamos en el viaje (gracias amiga, por la idea). Todas las noches a partir de este día, me leía lo que estaba escrito y durante la jornada me preguntaba el nombre de los sitios.
También, en la llamada nocturna especial que recibíamos, le leia a mi amiga todo lo escrito. Es la primera vez que Sara escribe su pequeño blog. Como quiero a Sara! Lo pequeña (9 años) que es y todo lo que llena mi vida y mi corazón. La quiero sin pedirle nada a cambio.
Como supondreis una gran parte de mi paraiso se ilumina cuando estoy con mis hijos. Estos 9 dias de viaje fueron muy paradisíacos.
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